Fecha de recuperación, para mi y para el órgano de Callosa. El hecho de que los corticoides resuciten a un muerto y aceleren a una tortuga, ha venido en beneficio de la cadereta, ya que esta mañana he subido a Callosa.
Trabajos realizados:
Hemos terminado de forrar con fieltro el interior de la caja de ecos y, hemos colocado piel encolada en el borde inferior de las misma, para que apoye mejor sobre el secreto y aísle adecuadamente.
Posteriormente hemos limpiado bien las correderas y tapas del «biolín», nasardo en 15ª y pajarillo, para más tarde clavarlas en el secreto. Seguidamente hemos colocado los panderetes y poco a poco hemos instalado los caños en su sitio. Finalmente hemos devuelto la caja de ecos a su lugar con su panderete y sus caños. Hemos colocado el hilo que sujeta la tapa y hemos probado el sonido de los registros descritos. Nos hemos percatado de que había alguna pequeña fuga y efectivamente, el conducto de la cadereta presentaba una pequeña grieta en un empalme, con lo que rápidamente la hemos sellado con papel encolado. (Os ponemos fotos antiguas para comprobar la situación anterior y la actual).
Finalmente hemos comprobado que la cadereta, en este momento, suena muchísimo mejor de lo que ha sonado jamás. Cuando el órgano marchaba con los fuelles de los años 80, el viento era totalmente inestable y los bajos de la cadereta sonaban realmente mal por la falta de viento. Gracias a los trabajos realizados (restauración del fuelle histórico, conducto madre, conducto mayor y conducto de la cadereta) las pérdidas de viento son inexistentes y el instrumento vuelve a sonar con el viento original, es decir, el producido por los fuelles originales del S. XVIII y sus conductos. El resultado es extraordinario y especialmente los bajos del violón de la cadereta cantan con primor.
Por otro lado hemos rematado el enganche del conductillo de las campanillas y hemos forrado de papel el conductillo que en breve hará sonar a los ruiseñores.
El próximo día más.