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12 de junio de 2010

Continuando con nuestra labor, comenzamos los trabajos a las 9’00 de la mañana ya que a mediodía, un servidor, debía abandonar la ya famosa sala de manchas, pues esa tarde se celebraba el concierto de clausura del festival internacional de órgano de Monóvar.

Se decidió apear los caños de las contras para limpiarlas y revisar su estado. Se desmontaron previamente el tambor, el timbal y a continuación el caño del DO. Se procedió a la limpieza interna por aspiración, eliminándose grandes cantidades de polvo especialmente de las esquinas interiores del alma.

La limpieza exterior se ejecutó con un trapo impregnado en agua y amoniaco. Comenzamos con proporciones al 10% hasta encontrar un porcentaje adecuado. Se pudo apreciar que todos los caños de las contras están cubiertos de gran cantidad de parches de pergamino, especialmente en los nudos de la madera y en algunas grietas. Aún así se aprecian algunas grietas y en consecuencia se ha decidido cubrir todos los tubos con papel encolado tal y como ya se realizó días atrás con el tubo del SI, siendo además la técnica histórica habitual.

Una vez realizada la limpieza del tubo del DO se comprobó que el pie del mismo estaba suelto, por lo que se procedió a su encolado comprobando posteriormente que no tuviera fugas de viento. A continuación se apeó el tubo del RE. Curiosamente este tubo nunca había sonado bien y efectivamente tenía una razón de peso: Cuatro enormes agujeros de aproximadamente 150mm de diámetro realizados por algún insecto xilófago y que atraviesan la pared del tubo. Los agujeros no son recientes y desde luego ni el órgano ni sus aledaños están infectados. Se ha procedido al encole de varios trozos de piel para tapar los agujeros. Como se ha dicho, posteriormente, todos los tubos serán cubiertos de papel para evitar fugas de aire y por lo tanto para que canten bien.

A primera hora se ha convocado al señor Joan Benimeli, herrero de profesión, quien a mediodía subía por la divertida escalera de nuestro cuarto de fuelles. Se han planteado y medido las piezas de hierro que sujetarán el travesaño que, a su vez, servirá para atar los tubos de las contras, timbal y tambor. Estas piezas se colocarán encastradas en las viguetas de los árboles de los registros cumpliendo siempre con el criterio de realizarlo de manera reversible y que nunca dañe ningún elemento del instrumento. Así, si en un futuro se deciden eliminar nuestras actuaciones, siempre se podrá hacer con suma facilidad y sin dejar daño alguno.

Por otro lado también se han tomado las medidas de la estructura que sujetará el secretillo de los ruiseñores.

Una vez despedido el señor Benimeli con la promesa de que las dichas piezas estarán hechas esta semana, se ha proseguido con la limpieza y revisión de las contras. Así, finalmente, los tubos limpios se han colocado de pie para su secado natural. Posteriormente se comprobará su estanqueidad y canto. A las 13’30 se ha abandonado el cuarto de manchas.

Benantzi