En el cuarto de los fuelles proseguimos con un excelente ritmo de trabajo gracias al importante número de colaboradores. Hoy hemos trabajado con primor: Iván Ferrando, José Vicente Fuster, Josep María Berenguer y dos buenos amigos vitorianos: Miguel Ángel López y Blanca Moraza. Los trabajos han sido verdaderamente fructuosos:
Hemos colocado el listón que definitivamente sujeta al timbal y al tambor, lo que nos ha obligado a apear todos los caños de las contras y recolocarlos.
Por otro lado hemos creado dos grupos de trabajo dedicados respectivamente a los fuelles tres y cuatro. Hemos terminado de limpiar a fondo, hemos comenzado a reponer la piel y hemos eliminado los listones que sujetaban las piedras de los fuelles fuera de su ubicación original.
A media mañana ha surgido por la enrevesada escalera del órgano nuestro querido carpintero José Vicente calvo, quien ha instalado el nuevo tablón para afinar el órgano mayor ya que el original estaba muy carcomido y era irrecuperable.
Al colocar el tablón nos hemos percatado que una de las puertas correderas de la trasera del órgano mayor estaba dañada, por lo que hemos encolado la zona dañada.
Con una cuerda y desde la balaustrada del órgano, hemos bajado la puerta de acceso a la cadereta. El maestro carpintero se la ha llevado para restaurarla pues se encuentra en pésimo estado. Posteriormente instalaremos las bisagras antiguas que compramos en el rastro de antigüedades de La Nucía.
Hemos terminado el último nudo en forma de “cola de puerco” del ultimo fuelle.
Hemos desmontado el tirador del registro del clarín claro y su respectivo pomo para enviarlo a Barcelona, donde nos van a construir varios pomos más para los registros que nunca llegaron a instalarse en el órgano. A última hora ha venido Joan Benimeli, nuestro herrero, quien se ha llevado la campanilla de aviso al manchador y el latón que habíamos adquirido hace unos meses, para hacer un muelle bonito e instalar la campanilla de manera primorosa. El próximo sábado más y mejor.