A las ocho de la mañana de hoy Don Salvador Llopis, acompañado de su ayudante Don Ivan Ferrando, inician los trabajos de reparación de la parte superior de la cornisa de la puerta “falsa” (lateral) de la Parroquia. Observan que debido a un movimiento de las tres piedras centrales de la misma, que han cedido hacia el interior, sobre la fachada, el agua de lluvia queda encharcada, lo que provoca filtraciones en el interior del cuarto de los fuelles, que se encuentra justo a la altura de dicha cornisa.
Ascendieron a tal altura con el auxilio del camión de Xubasqui. Los trabajos exteriores terminaron a las 12 de mediodía. Don Jaume R. Gregori aprovecho la presencia del camión para retirar el tubo metálico colocado en la ventana superior para sujetar el cable trifásico del motor del órgano, que baja por el tejado de la iglesia desde el campanario.
El material lo aporta Don Salvador Llopis.
Después de las doce se realizaron trabajos de pintura en el interior de la cámara de manchas hasta mediodía. Por la tarde continuaron hasta las seis. Quedaron pintadas dos paredes con el color crema elegido.
Por otro lado el Sr. Bilbao ha comprobado las presiones de aire de los dos fuelles y las ha corregido cambiando algún que otro peso.
Ante la preocupación de que las contras estuvieran medio sueltas, las ha apeado y ha comprobado de nuevo el arca del viento de las mismas. Una vez más ha tomado medidas de las contras ya que definitivamente hemos encontrado el mejor sistema para sujetarlas, a saber, se construirá un travesaño que irá insertado en el banco de los árboles de los registros y pasará entre las dos filas de contras. Dicho travesaño tendrá insertados unos pequeños machos de madera que corresponderán en número y situación a cada uno de los tubos, así los tubos irán atados con tela a dichos machos. Por tanto hemos dado con una solución excelente ya que ni se atornilla ni clava absolutamente nada, además el sistema permitirá soltar fácilmente los tubos en caso de necesidad. Además, es el sistema tradicional en muchos de los órganos españoles. Como siempre utilizamos métodos respetuosos y que en cualquier caso permiten eliminar todas nuestras acciónes sin dañar en absoluto ningún elemento del órgano.
Un gran maravilla que encontrarán ustedes cuando suban al órgano es que Iván, el ayudante del gran Llopis, ha pintado la escalera con una primera capa de pintura blanca.
Se ha eliminado el trémolo del siglo XX y de estilo inapropiado para el órgano. Este trémolo, al parecer se instaló en fechas posteriores a la propia instalación del órgano. Para más información, ni el órgano italiano clásico ni el órgano ibérico presentan este artilugio ya que ambos tienen un registro bellísimo: en el caso italiano es la “voce humana” y en el caso ibérico la “flauta travesera”. En el caso italiano se hace sonar la “voce humana” con el “principale” de manera que al estar la “voce humana” un poco más alta en la afinación hace ese efecto ondulatorio tan hermoso. Por su parte en el órgano ibérico no hace falta utilizar otro registro ya que la “flauta travesera” consta de dos tubos por tecla que están un poco desafinados el uno respecto al otro provocando dicho efecto ondulatorio. La gran diferencia es que en el caso Italiano los tubos son de metal y en el caso ibérico son de madera. En ambos casos pueden ustedes escuchar una maravilla de registros que el resto de órganos europeos no inventaron en su momento.
Por otro lado el agujero que ha dejado la conducción del viento en el arca del órgano mayor ha sido tapado con piel. A posteriori se eliminará esta piel para proceder a instalar el conducto madre por este lugar ya que era el suyo original. Finalmente se ha parcheado cinco o seis fugas de aire con lo que de nuevo la afinación del órgano ha cambiado.
En cuanto esté todo el sistema original de bombeo de aire en marcha se procederá a la afinación integral el instrumento.