El viernes a primera hora empezamos de nuevo las jornadas de recuperación de los fuelles o manchas que por desgracia se han ralentizado y se van a ralentizar más porque nuestro ilustre y querido Salvador Llopis está enfermo. Desde estas líneas le enviamos todo nuestro cariño y energía para que se reponga lo más pronto posible. El cuarto de manchas no es lo mismo sin él.
Bien, en vista de que me encontraba en la obra solo, se procedió a la limpieza y colocación de las válvulas no retorno del conducto madre. Dos válvulas estaban ya limpiadas por el señor José Vicente Fuster y otras dos las tenía el otro José Vicente (El fuster) para proceder a su cepillado. Una vez recogidas las cuatro válvulas se comenzó con la limpieza de todas ellas, es decir, las ocho válvulas, utilizando métodos mecánicos y aspiración. Posteriormente se aplicó agua y amoniaco para finalmente colocarlas en su lugar, en el conducto madre, con la piel bien encolada.
También se terminó de colocar la piel en uno de los cantos del conducto madre y se encoló papel moderno al final del mismo conducto, justo en el extremo que entra a la caja del órgano. Este proceso supuso todo el día sin parada ninguna.